Grupo Canter, de una pequeña idea al éxito real

Grupo Canter, de una pequeña idea al éxito real

Grupo Canter, de una pequeña idea al éxito real 150 150 marketing.canter

A los 23 años, viviendo solo en un departamento, con un colchón tirado en el piso, una mesa de plástico multiuso y una deuda que crecía mes a mes, José Luis Acevedo empezó a garabatear en un cuaderno Gloria el proyecto de empresa que quería alcanzar.

Convenció a su ex jefe, Fabián Melgarejo, de asociarse para encarar un proyecto inmo-biliario sin recursos y ningún apoyo financiero. “La situación económica de mis padres era mala y la mía aun peor. No tenía otra salida, excepto que me fuera bien. Sí o sí me tenía que ir bien. Al borde del abismo, compré el cuaderno y empecé a anotar las ideas que tenía en la cabeza para construir la empresa. Pero el problema era que mi negocio estaba planteado sobre una industria multimillonaria donde el capital es una cuestión muy importante y donde la confianza en el desarrollista es fundamental para que la gente apoye. En esa época, yo tenía diez kilos menos que ahora y una cara de nene bárbara y se me hacía difícil generar confianza”, comenta el presidente del Grupo Canter.

Así surgió el proyecto, marcado por las ganas de crecer y el impulso del espíritu emprendedor de Acevedo para no bajar los brazos, a pesar de las complicaciones y trabas que se le fueron presentando en el camino.

El emprendedor, quien hoy tiene 32 años, recordó: “Conseguimos el terreno a través de un canje, la tierra por unos departamentos, y así nos lanzamos a un camino que no frenó. Nos llevó cuatro años desarrollar la unidad de negocio que yo había diseñado. Este modelo de negocio consistía en financiar con pequeños ahorristas. Y todos ganaron plata, menos nosotros, que, lejos de ganar, perdimos”.

Es que la calle en la que estaba emplazado el terreno donde planearon construir el primer emprendimiento, llamado “Jardines de Isabel”, justo se vio interrumpida por una obra de desagües pluviales y todos los sueños y proyectos de golpe se  encontraron con un imprevisto que complicó las ventas.

“Sucedió que en esa parte de Isabel La Católica había una obra y la calle estaba cortada de cordón a cordón, entonces teníamos que descargar los materiales a 200 metros y trasladarlos a mano. Y la gente que venía para ver los departamentos no quería saber nada. Uno intentaba explicarles, pero no siempre tenían la capacidad de proyectar. Y eso hizo que se nos derrumben los precios de venta de un 15 a un 20 por ciento. Sumado a que no teníamos el mismo perfil que hoy tenemos para administrar. En conclusión: fuimos a pérdida. Y volvimos a empezar un año y medio después en menos 140.000 dólares, que fue lo que perdimos”.

Poder de observación

–¿Cómo lograste salir adelante a pesar de tu corta edad y con tan poco respaldo financiero?

–Observé a la gente. Observé que había gente que tenía acceso al capital para comprar un departamento que en pozo, en su época, valía 40.000 dólares y terminado valía 56.000 dólares. Pero las personas que no disponían de montos altos, no llegaban nunca a una inversión que tuviera tanta seguridad con tan buen rendimiento. En su momento, los plazos fijos, el dólar o cualquier tipo de inversión financiera corta generaban muy poco rendimiento. Entonces, lo  que hice fue desarrollar un fideicomiso donde lo que vendíamos no era un departamento, sino una fracción de departamento. Compraban, por ejemplo, el 10 por ciento del departamento número diez. Armé un modelo de negocios tratando de conseguir muchos inversores pequeños. Esta idea me la dio mi papá, que al principio, cuando le conté mi proyecto, me sugirió que me consiguiera un pez gordo que financiara, y cuando le respondí que, con mis 23 años, no conocía a ningún pez gordo, me aconsejó que consiguiera muchos peces chiquitos que hagan el mismo peso que el grande, y ahí se me prendió la lamparita. Desarrollamos el modelo de negocio y lo presentamos en un hotel.

Juntamos más de 70 personas, que eran el carnicero, el farmacéutico, el padre de un amigo, y armé la presentación, y logramos juntar 250.000 dólares. Y ese modelo funcionó y fue la piedra basal. Hoy ya hemos logrado vender más de 1.200 propiedades.

–¿En qué etapa se encuentran hoy como empresa?

–Hoy hemos empezado la parte ascendente. Creo que ya pasamos el punto de inflexión, pero no obstante prefiero seguir sin retirar las utilidades de la empresa y continuar manejándonos con el salario que nos hemos asignado. Tengo una empresa desarrollista y alquilo donde vivo.

Prefiero que ese capital esté a disposición de la compañía para generar trabajo y un colchón financiero más importante, y que no esté inmovilizado.

Creo que llegará un momento en que el emprendedor ocupe cargos importantes en la toma de decisiones de un país”. @grupocanter

–Te has visualizado y proyectado en general con tus emprendimientos, ¿cómo imaginás tu futuro?

–Hoy mi objetivo es hacer crecer mi compañía, cuidar a mi familia y dedicarle varios años a la empresa para que se mantenga, desarrolle y crezca. Planteo un quiebre para mi vida entre los 40 y 45 años. Vamos a ver si, llegado el momento, sigo pensando lo mismo, pero me gustaría poder desempeñarme en la función pública. Creo que llegará un momento en que el emprendedor ocupe cargos importantes en la toma de decisiones de un país.

Tengo una empresa desarrollista y alquilo donde vivo. Prefiero que ese capital esté a disposición de la compañía para generar trabajo”. @grupocanter

–¿Qué buscan las personas cuando invierten en tus emprendimientos?

–Muchas veces la gente no sabe lo que quiere, pero lo quiere ya. Y eso es un problema. Creo que cuando le presentás un proyecto que fue diseñado en su evolución, y le das a entender que el barrio en el que está su propiedad va a crecer de una manera positiva –a tal punto que va a ser tan lindo vivir ahí que nadie va a querer vender, pero muchos van a querer entrar–, entienden que el valor de propiedad subirá. Entienden que lo que vos estás buscando está ligado a una idea de comunidad, y esa es nuestra fórmula. Igual, no se trata de la receta, sino de la mano de quien la cocina.

–¿Qué consejo le darías a un joven que está buscando su primera oportunidad en el mundo laboral?

–Buen expositor y buenas ideas, por lo general es igual a financiamiento. Pero ojo, que es igual a financiamiento, no a ejecución. Es peligroso usar esa técnica si en tu emprendimiento no hay alguien que pueda llegar a concretarlo. Hay pocas balas para gastar. Si vas por la vida desperdiciando tu buena capacidad de exposición y persuasión y tus buenas ideas, y no buscaste a alguien que pueda llevarlo adelante, las balas se te acaban. Otra cosa que a mí me resultó es tomar experiencia en alguna industria que les interese, y absorber todo lo que puedan como una esponja. Todos los aciertos y errores que se cometan allí serán una ganancia personal. No se larguen sin experiencia, busquen hacerla para tener una base sólida. Se puede emprender sin fondos, pero no sin experiencia.

Fuente: La Voz del Interiorhttps://www.lavoz.com.ar/negocios/grupo-canter-de-una-pequena-idea-al-exito-real/